de 1915
La I Guerra Mundial se encuentra en pleno auge y los submarinos alemanes empiezan a frecuentar la costa española al objeto de destruir barcos aliados. Los “contactos visuales”, e incluso físicos, con la población de pescadores de Cabo de Palos empiezan a ser frecuentes.
“En la Comandancia general del Apostadero [de Cartagena] se ha recibido un telegrama de Sóller sobre que el vapor ‘Aquitania’ ha comunicado por radiograma que ha encontrado un submarino de gran porte entre Baleares y Argel. La noticia confirma el rumor que circula aquí referente a que el patrón del laúd ‘Joven Dolores’ ha visto al submarino en las cercanías de la costa de Cabo de Palos”.
Ocho días más tarde la prensa advierte a los veraneantes, en tono jocoso, de estas peligrosas visitas de sumergibles. La cosa irá adquiriendo tintes dramáticos más adelante.
“…se sabe que en el Mediterráneo anda á sus anchas de acá para allá un submarino de gran porte.
Esto confirma lo que hace días dijo el capitán de un mercante que aseguró haber visto un sumergible cerca de Cabo de Palos.
Es decir: que casi en las encañizadas, y quien sabe si junto al Balneario de los Alcázares, anda un submarino que por todas las trazas es alemán.
Lo que advertimos á las personas de muchos kilos que vayan á tomar aquellas aguas, no las vaya á confundir el sumergible con algún acorazado británico y les envíe algún torpedo.
Veraneantes ¡ojo con los periscopios!”