de 1920:
Los integrantes de la colonia británica empleados en la Sociedad Española de Construcciones Navales realizaron una comida de hermandad en Cabo de Palos.
Se trataba, según cuentan, de no perder los lazos comunes entre los primeros ingenieros ingleses que decidieron, a principios de siglo, usar las calas de Cabo de Palos (sobre todo la de Levante) como lugar de solaz pasatiempo en los días de asueto que el trabajo en Cartagena les permitía.
Este asentamiento será el inminente origen de la pequeña colonia de cartageneros y murcianos “con posibles” que acabarán imitándolos, construyendo sus casas de veraneo muy cerca del poblado pesquero de La Barra.