de 1983:
Tratar de romper la estacionalidad se convierte en una estrategia necesaria para los hoteles de La Manga.
Y con esa intención se ponen en marcha los programas de viajes subvencionados en temporada baja para los jubilados garantizándose así la apertura, durante todo el año, de algunos hoteles.
Sin embargo, la concesión de estos paquetes de viajes empezó muy pronto a levantar sospechas al existir, según denunció la revista Cambio 16, fuertes vínculos entre altos cargos del PSOE y un mismo grupo de empresarios que se repartían el programa estatal todos los años de forma sospechosa.
La compañía de viajes Ceres, adjudicataria de estos viajes, acabó suspendiendo pagos en octubre de 1990 con una deuda aproximada de dos mil doscientos millones de pesetas y grandes deudas a más de sesenta hoteles de toda España, entre los que se encontraron muchos que se habían acogido al programa en La Manga.