de 1927:
“El viento huracanado de Levante que se dejó sentir durante todo el martes alcanzó en esta noche madrugada del miércoles proporciones inquietantes, causando enormes daños en toda la población.
Desde Cabo de Palos llegan noticias desconsoladoras. Olas gigantescas han invadido la playa de La Barra llegando a lugares donde jamás se puedo sospechar; la casa que en aquel paraje posee el exdiputado a Cortes don Eduardo Espín ha sufrido grandes daños y así mismo la casa del señor Malo.
Durante la madrugada del miércoles las olas de la playa de Levante, uniéndose con la Barra, hicieron del extremo del cabo una isla.
En la estación de Radio se recibieron angustiosas llamadas de auxilio, entre ellas, las más insistentes de un navío griego que decía encontrarse cerca de Orán.
Todo el personal de la estación, con su director don Ángel Rojas Veiga, pasó la noche aislados por el mar, recibiendo y transmitiendo dichas señales de socorro.
La costa ha aparecido con numerosos bocoyes y maderos arrojados por el mar.”
Al día siguiente la prensa continúa haciéndose eco de las desgracias materiales provocadas por el temporal…
“Los cimientos de diez o doce casas fueron socavadas por las aguas, dejándolas en malas condiciones de estabilidad.
También penetraron las aguas en el templo, después de haber roto un muro y la verja de la explanada de la puerta.
Una casita que habitaba Luís Ballester Lucas recibió tantos y tan violentos golpes de las olas que se derrumbó.
Luís y su familia, ante el inminente peligro que les amenazaba, abandonaron la casa pocos momentos antes de ocurrir el hundimiento.
No ha habido que lamentar desgracias personales.
Con el fin de evitar robos en las casas cuyas puertas y ventanas fueron rotas por las acometidas del mar, la guardia civil ha montado un servicio especial de vigilancia.
Según la primera impresión los daños ocasionados se calculan en unas cuarenta mil pesetas.”