de 1987:
Costa Paradiso, una constructora germano-libanesa, presentó ante el Ayuntamiento de Cartagena un enorme proyecto urbanizador sobre Calblanque para la construcción de cinco mil viviendas y varios edificios de cuatro plantas.
Pero el equipo municipal de gobierno (presidido por Antonio Vallejo, del Partido Cantonal) se encontró con un problema legislativo: debían impedir, antes, la aprobación del Plan General y Especial de protección para Calblanque. Y para ello el concejal de Urbanismo, José Ramón Bustillo, argumentó “falta de viabilidad económica” para la aplicación del citado plan considerando, además, que sus laderas y montañas circundantes “no necesitaban protección especial”.
Según el informe emitido por el Ayuntamiento:
“…un 10 por ciento del resto de la zona no contiene flora o fauna digna de proteger, ni posee condiciones paisajísticas peculiares, por lo que sería viable su urbanización, que, a la vez, contribuiría a mejorar y garantizar la gestión del entorno ecológico.
Las construcciones –continuaban en su argumentario- servirían de barrera artificial a las agresiones exteriores, dotándola de una infraestructura de servicios y vigilancia, que evitarían las acampadas salvajes que degradan el espacio”
Las fuertes protestas ciudadanas obligaron a una rectificación pública de intenciones y a la suspensión definitiva del proyecto urbanizador.
Costa Paradiso, a 2015, sigue siendo titular de diez millones de metros cuadrados (los más cercanos a la línea costera) que suponen un tercio de la superficie total del Parque Natural.