de 1786:
Los ciudadanos de Cartagena, empeñados en cultivar casi siempre por necesidad esas tierras baldías próximas a la costa, no siempre lograban sus objetivos por motivos que aparecen claramente expuestos en otra real provisión redactada por el Concejo el 20 de septiembre de 1786:
“…en un continuo movimiento de unos en otros que ha avido ay quien no ha llegado a coger cosechas algunas y ottros no haberlas tenido mas de un año.. …se necesita mucho gasto (y mas en el de [ilegible] y peligro en que se halla la del Rincón de San Ginés, Porman y Calblanque sitas a orillas del mar) para los dias de labrar, sembrar y regar y para los demas que en regular unido estto a la inseguridad… …de forma que no se atreven á poner sus esfuerzos y cuidados en labores ni menos a hazer ottros plantios en aquellos ottros muchos pedazos de tierra que no sirben para sembradura del trigo o cevada”
Y otros se dedicaban a roturar tierras sin permiso ni documentos de propiedad como hizo el soldado de la torre de Cabo de Palos, Antonio Tahón, quien en 1753 decidió sembrar una fanega cerca de su destino hasta que se cursó la correspondiente denuncia.
de 1904:
Con una auténtica calma chicha se produjo el choque entre dos barcos en islas Hormigas falleciendo un grumete del buque abordado mientras la tripulación descansaba.
“Entre las islas Hormigas y el cabo de Palos, el vapor ‘San José’ de la matrícula de Sevilla, echó á pique al pailebot ‘San Antonio’ de la matrícula de Andraitx.
Al ocurrir la catástrofe, el último de dichos buques se hallaba con las velas arriadas y la tripulación acostada, pues el tiempo era caluroso y sin viento de ninguna clase.
La tripulación logró salvarse, excepto el grumete que pereció ahogado.”
de 1906:
El Joven Miguel sigue recibiendo muestras de cariño y afecto allá por donde va… aunque don Vicente no lo patronee. La llegada del propio barco a cualquier puerto se convierte en noticia destacada.
“Procedente de San Pedro del Pinatar se encuentra en este puerto el pailebot ‘Joven Miguel’, de propiedad de don Vicente Buigues, que tanto se distinguió en el salvamento de náufragos al perderse el correo italiano ‘Sirio’, en aguas del Cabo de Palos. Por haber tenido que ir á Madrid dicho señor Buigues, ha venido el ‘Joven Miguel’ al mando del señor Arlandis, pero con la misma tripulación que tenía al ocurrir el terrible siniestro y de la cual forma parte el hijo de dicho Buigues.
El Consejo superior de la Sociedad española de Salvamento de Náufragos ha acordado recompensar con la medalla del oro al patrón y á los cuatro tripulantes con 200 pesetas.”