de 1973:
Eurovosa declaraba su objetivo en un nuevo publirreportaje a todo color convenientemente financiado: canalizar hacia la actividad turística las inversiones particulares a quienes volvía a garantizarles beneficios anuales del doce por ciento.
Para ello La Manga era un lugar “ya hecho” dotado de todos los servicios necesarios.
“El ritmo de crecimiento turístico de La Manga es uno de los más elevados entre todas las zonas costeras de nuestro país. Es un ritmo continuo, siempre creciente –asentado sobre bases firmes y realistas.”
La Manga tiene hoy –continúa el artículo- un puerto deportivo para pequeñas embarcaciones; tiene club de tiro de pichón, caballos, mini-golf, club de golf, clubs de embarcaciones a vela y a motor, innumerables paso de pesca deportiva, competiciones de pesca submarina…
Los amantes de la tradición pueden encontrar bodegas, rincones de pescadores, tabernas; los amantes de la modernidad ‘boites’ y discotecas innumerables. Y todos, tablaos flamencos, cines –incluso al aire libre- y mil distracciones más en los diversos clubs sociales magníficamente instalados en La Manga.”