de 1989:
Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa Real, pasa unos días de descanso en La Manga antes de acudir a Palma de Mallorca. Esto es un extracto donde aparecen referencias a La Manga:
“Asturiano de 71 años, reservado por imperativos de su cargo, no pierde, ni en vacaciones, el contacto con el Rey, con quien conversa a diario.
-¿Cómo son sus vacaciones junto a los Reyes?
-Mis verdaderas vacaciones son las que estoy pasando estos días en La Manga del Mar Menor, donde puedo relajarme de mis obligaciones.
-En Palma supongo que sí practicará usted alguna otra afición diferente a la vida contemplativa de La Manga.
-Tengo muchas aficiones: la caricatura, el dibujo… Pero las practico en Madrid. Aquí y en Palma, mi disposición es la de no hacer nada. No comparto el gusto de los Reyes y sus hijos por los deportes y la navegación. Yo soy muy de tierra firme.
-¿Cuánto tiempo va a permanecer este año en La Manga del Mar Menor?
-Llegué el pasado jueves por la noche y estaré por aquí hasta el día treinta, fecha en la que debo acudir a Palma de Mallorca para estar con los Reyes.
-Confío que el descanso no se le convierta en aburrimiento.
-¡Qué va! Lo único que me dolía al salir de Madrid es que creía que no iba a poder seguir un culebrón mejicano muy divertido que dan por Galavisión, pero aquí en el hotel tienen parabólica y espero no perderme el final.
-¿Qué suele hacer durante estos días?
-Si elijo este lugar para descansar es porque se trata de un sitio tranquilo, en el que puedo desconectarme de mis obligaciones. Aprovecho el tiempo para leer todo lo que puedo, para pasear y para disfrutar de la playa.
-A pesar de que hace vida retirada, durante sus estancias en La Manga será inevitable que haya hecho amistades murcianas…
-No muchas. Con quienes sí me relaciono bastante es con los asturianos que hay por aquí; solemos reunirnos alguna vez para degustar una fabada, aunque no sea el tiempo adecuado.
-¿Y no le apetece salir de vez en cuando fuera del hotel, a cenar o a curiosear por ahí…?
-La verdad es que no. Vengo sin coche. En mis primeros viajes solía traérmelo, pero eran muchas horas de viaje, mucho calor e incomodidades. Para el plan que yo hago no necesito coche. Vengo a descansar y a estar tranquilo.”