de 1964:
El Ejército elige isla Grosa como “objetivo militar” en unas prácticas de varios días donde llevarán a cabo diversos ejercicios encaminados a poner a prueba la capacidad tecnológica con que cuenta España en materia militar.
Frente a Cabo de Palos se reunieron los cinco destructores de la 21ª escuadrilla: ‘Jorge Juan’, ‘Almirante Ferrándiz’, ‘Lepanto’, ‘Almirante Valdés’ y ‘Oquendo’ dirigiéndose hacia la isla.
“El objetivo de este raid –cuenta el periodista Ramírez Gabarrús enviado especial a bordo del ‘Oquendo’- ha sido la realización de un bombardeo de diversión sobre dicha isla, es decir, un ataque que no tenía mayor objeto que el de inducir al enemigo a la creencia de que el desembarco que se prepara y del que, indudablemente, tienen noticias, se efectuará en la mentada isla de Grosa. Al atardecer han ido desfilando ante Grosa, vomitando metralla con sus baterías de 127 y 120 milímetros, batiendo toda clase de reductos y fortificaciones.”
El interés por mostrar el poderío del Ejército español franquista, y transmitirlo adecuadamente a través de la prensa, hizo que estas prácticas contaran con periodistas a bordo de distintas unidades y que se hicieran reportajes a todo color. En el ‘Canarias’ iba Luís de Armiñán quien narró con todo lujo de detalles el desembarco nocturno del cuerpo de buceadores y el papel realizado por los dragaminas en estas operaciones realizadas frente a La Manga.