de 1963:
La gran inversión iniciada en La Manga requirió una poderosa campaña de márquetin y promoción y, para ello, se pensó hasta un nuevo nombre para la zona: Costa de la Luz, que abarcaría casi doscientos kilómetros de playas murcianas agrupándolas en una Mancomunidad con ese nombre.
Según la prensa de la época, se escogió ese nombre debido a…
“…esa enorme refracción del espejo rutilante de su Mar Menor, ese gran lago de aguas saladas y quietas, separado del Mediterráneo por una faja de arena de 25 kilómetros de longitud, sobre la que se está trabajando”.
Y a la campaña en prensa le acompañó, cómo no, las labores de dotación de infraestructuras anunciadas por la Diputación en nombre de la citada marca…
“Desde Cabo de Palos hasta Calnegre, continuarán los trabajos hasta completar los veinte kilómetros de firme asfáltico. Será un paseo impresionante cuando pueda hacerse el tránsito desde Cabo de Palos hasta San Pedro del Pinatar.
La carretera de la Manga –continúa la noticia- desde Lo Pagán hasta Cabo de Palos, es una atracción novísima que importará dieciséis millones y medio de pesetas”.
Resulta significativo de la irreversibilidad del proceso urbanizador que se venía encima un comentario dejado por Andrés Bolarín en el diario ABC el 12 de agosto:
“De sus proyectos fabulosos en la Manga se extrañan y los consideran fantásticos sueños cuantos recuerdan, allá por otros años lejanos, la desolación de aquellos arenales y las pocas casas espaciadas y como perdidas en las distancias, sin luz, sin agua potable y sin habitantes”.
Sin embargo, en febrero del año siguiente ya se producían discretas críticas ante la pasividad con que la Administración había potenciado esta Mancomunidad.
“Esta iniciativa de los ribereños del Sudeste no ha tenido la satisfacción de la prioridad, y es de lamentar que este buen deseo no haya podido lograrse, ya que serían muchos los adelantos que pudieran obtenerse de esta acción conjunto de los Municipios allegados al mar.
Son ocho los Ayuntamientos inmediatos al mar, que se prolonga desde Almería hasta los límites de la provincia de Alicante. Están cuidándose las vías que enlazan a estos pueblos para facilitar las expediciones y los descansos con placenteras estancias, ya que también se tiene en cuenta la creación de hoteles. Falta únicamente que esa deseada mancomunidad sea un hecho inmediato”.
Al parecer la zona tenía muchos pretendientes ante el megalómano proyecto y Valencia, en 1964, abrirá un frente por su interés en lograr que el concepto “Costa Blanca” (inscrito en octubre de ese año en el Registro de Denominaciones Geoturísticas, dependiente de la Subsecretaría de Turismo) abarcara hasta Cabo de Gata…
“…para integrar así la unidad geográfica que constituye este óvalo mediterráneo”.
Sin embargo, la verdadera oposición estuvo en Huelva. La costa onubense se negó a cambiar el término por “Costa de las Carabelas” propuesto desde Murcia como alternativa para dejar libre el que deseaban usar los promotores de La Manga.
Al final ni “Costa de la Luz” ni “Costa Blanca”. Murcia logró preservar su identidad creando una nueva años más tarde: Costa Cálida.