de 1919:
Continúa José Polo con su particular visión de lo que debe ser el Mar Menor iniciada el 6 de enero…
“…desde el Cantábrico a Cabo de Creus no hay en todo el perímetro costero de la Península Ibérica, sitio alguno que reúna tan excelentes condiciones para una base naval perfecta, como la Albufera del Mar Menor.
Ancha, capaz, desahogada, con defesas naturales, en una situación estratégica impecable, puede y debe convertirse sin demora y con poquísimo coste en un refugio seguro para buques ligeros, para submarinos y para destroyers, que a las pocas horas de navegación, se hallarían en las rutas que bifurcan el Mediterráneo y Gibraltar sería una peña más cerca del mar y el Estrecho pasaría a nuestro dominio absoluto.
Es un crimen de lesa patria y un verdadero atentado al sentido común guerrero, el que sigan un día más las cosas como están.
Decíamos en días anteriores, que en nuestro proyecto concebíamos la orilla oriental del Mar Menor como invulnerable contra todo ataque costero.
Pensábamos en una posible fortificación de Isla Grosa y de Cabo de Palos y con ella la inexpugnabilidad de una base submarina y aereonáutica en la Albufera.
…[se] puede formar una bahía con un calado máximo (en la actualidad) de 7 metros o de 5 a 6 en sus dos terceras partes de fácil dragado.
Tiene 11 kilómetros de ancho, por 21 de largo.
Forma su orilla oriental una bolsa cuyo entrante más pronunciado, está en Los Alcázares, donde está enclavado el aeródromo militar. Desde dicho punto a la otra orilla, hay 11 kilómetros. Ya en el mar Mediterráneo, frente por frente de Los Alcázares, está la Isla Grosa. Distancia de uno a otro punto 14 kilómetros.
Hacia la parte Sur a 10 kilómetros de la Isla y 18 de Los Alcázares, el Cabo de Palos. Artíllense esos dos vigías avanzados y el que sepa de radios de acción de campos de tiro y de misterios balísticos, nos dirá si es o no un sueño el pensamiento nuestro de inexpugnabilidad y si es o no un verdadero crimen el que continúe siendo un criadero de pescado, únicamente, lo que debía ser la primera base naval del Mediterráneo.
Esperamos oír esas opiniones. Si acertamos o si sufrimos un mentís, no se nos podrá tachar más que de un solo pecado: de ser, si acaso, demasiado españoles.”