Carta abierta – Javier Andrés Navarro – “La inutilidad de un concejal o cómo amargar las vacaciones a los veraneantes”

Este verano, el Exmo. Ayto. De San Javier ha decidido amargar las vacaciones de los visitantes que se alojan en su playas de La Manga. Así, ha dispuesto un eficaz “plan de choque” para evitar que su vecinos puedan dormir ni una sola noche plácidamente. Dicho plan consiste en lo siguiente: Entre 11:30 a 12 de la noche comienza el uso intensivo de una numerosa flota de ruidosa y desvencijada maquinaria para la limpieza de la arena de las playas. Durante, al menos, tres horas y media cada noche, esta flota de “chatarra tercermundistas” se dedica a atacar el descanso de los vecinos sin piedad alguna. Bebes, niños, adultos y ancianos deben aguantar estoicamente, en vela, al pie de sus camas, hasta que esta jauría de hierro decide que es hora de ir a dormir. Ya son las 3:30 de la madrugada cada noche Pero cuando los pobres insomnes creen que ya pueden ir a descansar, cuando esa madre aliviada piensa que por fin podrá acostar a su bebé para que concilie un recuperador sueño, este ayuntamiento, lejos de desistir en su intento de echar a los visitantes de sus playas, comienza con su segundo ataque. Sobre las 5:30 a 6 de la madrugada, a traición, con nocturnidad y alevosía, una serie de palas cargadoras comienzan su labor de asedio al descanso de los vecinos. Ahora toca recoger las algas de la playa. Y vuelta a empezar, otra escuadra de maquinas, todavía más viejas y ruidosas que las anteriores, atentan y mina la paciencia de unos ya desquiciados veraneantes, los cuales no dan crédito a su situación. Y así, el ataque contra su cordura suele durar una o dos horas, según el nivel de algas que haya en la playa. Y ya son las 7:30 o las 8 de la mañana. Después de una noche completa de vigilia (bueno, una tras otra, claro) y cuando estos infelices creen que su calvario municipal ha terminado, este ayuntamiento de San Javier tiene preparada su “arma definitiva” contra el descanso. Sobre las 8 de la mañana, carga de las algas retiradas. Unas gigantescas palas cargadoras, con unos no menos gigantescos y ruidosos motores, acompañados de una gran flota de camiones volquetes, se configuran en formación de ataque para arrasar hasta la última gota, la reserva de paciencia de los malogrados vecinos que tiene la mala fortuna de vivir cerca de los lugares donde se almacena las algas. En ese momento, y hasta bien entrada la mañana, estos monstruos de acero “revientan” el cerebro ya dañado de forma casi irreparable de los JODIDOS vecinos de la zona. Así, y durante todas las noches de agosto, el ayuntamiento de San Javier consigue, cuál arma de destrucción masiva, lo que no ha conseguido un Mar Menor deteriorado o los botellones de los jóvenes en las playas, AMARGAR DESTROZAR Y REVENTAR el descanso y, por ende, el veraneo de sus visitantes. Y es que cuando un ayuntamiento se lo propone, su “eficacia” no tiene parangón. Y nosotros, los vecinos, nos preguntamos amargados: 1. ¿Es que no habría posibilidad de comenzar a limpiar las playas sobre las 22:30 h para terminar sobre la 1:30 h en vez de terminar a las 3 de la madrugada? 2. ¿Es que no se puede compatibilizar la limpieza de la arena con la limpieza de las algas de la orilla a las mismas horas? 3. ¿Es que no puede comenzar la carga de algas desde las 10 de la mañana hasta las 14:30 h? 4. ¿Es que no hay posibilidad de exigir a las contratas municipales que empleen maquinaria insonorizada (que la hay)? Así pues, ¡Vamos señores! A cargarse a los veraneantes que quedan. A por ellos que son pocos y cobardes. Que eso si, que esperamos que el ayuntamiento no niegue los hechos narrados, pues todo ello está debidamente documentado en vídeo, y retamos al concejal a “pasar” algunas noches con nosotros, cuando el guste.