El hotel más grande de La Manga, cerrado

El grandioso hotel Doblemar, tal como muchos ya vaticinaron hace meses, no ha podido abrir sus puertas durante este verano 2014. La cadena hotelera Husa, que tiene alquilado el hotel, no ha podido asumir la tremenda cifra de dinero que era necesaria para mejorar las instalaciones; ni en el Doblemar, ni en el resto de hoteles que posee en España y que se han mantenido cerrados esta temporada.

La Manga del Mar Menor, 20 AGO 2014. Hace ya un tiempo, cuando soplaban aires de bonanza y ganas de abrirse a Europa, hubo una zona que se convirtió en la más glamourosa de toda La Manga, se situaba un poco después del kilómetro siete y bastante antes del kilómetro ocho. En el año 1978 se abría el Hotel Doblemar, que a día de hoy sigue siendo el hotel con más habitaciones (502), y por consiguiente el más grande de toda la zona (10 plantas). El hotel Doblemar, junto con el sonado casino de La Manga y  las galerías comerciales, vivieron sus primeros años de forma exitosa, fueron los años dorados. Artistas y grandes personalidades de todo el mundo se paseaban por estas playas. De repente, La Manga del Mar Menor se encontraba en el punto de mira, se puso de moda; quizá tuviese algo que ver el rodaje de “En un lugar de la Manga”, de 1970, película en la que un joven Manolo Escobar vivía sus romances y aventuras mostrándole al mundo los paisajes del lugar. Aunque el Doblemar siempre ha estado rodeado de misterios y especulaciones, debido a su inacabado hermano gemelo, el hotel Lagoymar, este año ha sido el primero, desde entonces, que ha permanecido cerrado en temporada alta… Sus cuatro estrellas no han sabido mantenerse en lo más alto.

“Si hubiesen querido, se hubiese podido abrir, pero desde los ayuntamientos tampoco se ha mostrado ningún interés por ayudar a la apertura del hotel, sin embargo yo creo que el verano que viene sí lo abrirán” comenta decepcionado el presidente del comité de empresa y trabajador en el Hotel Doblemar Husa prácticamente desde su apertura, Bartolomé García. Además, asegura que la mala gestión de Husa no solo afecta al hotel sino a toda la zona, los comercios, los restaurantes y hasta los proveedores se han visto afectado por el cierre.

Las fechas de apertura se retrasaron poco a poco, primero se iba a abrir en junio, después el 1 de julio y la última fecha prometida, el 14 de julio. Sin embargo, el tiempo iba pasando y los trabajadores del hotel veían, un par de semanas antes de la supuesta apertura, muchos cabos sueltos. Por ejemplo, la luz permanecía cortada desde el pasado mes de noviembre y han estado trabajando con un grupo electrógeno todo este tiempo, además los trabajadores del verano pasado no han cobrado aún. “Las personas que trabajamos en el hotel nos hemos enterado de que no se abría hace un mes y medio”, explicaba Bartolomé García. Viendo la poca información que recibían se celebró una reunión el 27 de junio en Barcelona dónde, cuenta Bartolomé, se firmó el expediente de regulación de empleo, puesto que Husa estaba en concurso de acreedores desde el 11 de Febrero.

En temporada alta, el hotel contaba con una plantilla de 54 personas; 44 de ellas eran fijas discontinuas y el resto, o sea las 10 restantes, estaban fijas todo el año, 7 de mantenimiento, 2 en la recepción (una por la mañana y otra por la tarde) y 1 contable.  Ahora todo eso es pasado, ya que el 31 de julio se firmaron las cartas de despido de casi toda la plantilla, hasta el 31 de agosto que, finalmente, se le entreguen las llaves a la propiedad y se marchen los últimos tres trabajadores que siguen allí en representación de la cadena Husa.

“Fíjate si nos ha afectado el cierre del hotel que cuando acabe la temporada cierro directamente todo. Siempre hemos estado abiertos todo el año, pero entre la crisis y esto, voy a cerrar. Ya he acarreado muchos gastos este año para poder abrir en verano, y ahora mira… ” Cuenta la dueña del cercano restaurante “El Molino”, Maria Dolores Gallardo. Este verano está siendo, para ella, todo un calvario que se queda reflejado en su negocio, la mitad de ganancias, la mitad del personal y aún así con problemas para ir pagándoles. “Yo no sé cómo hemos llegado a esta situación. Aunque también es cierto que el hotel siempre ha dado dinero pero nunca se ha empleado para la mejora del mismo”, añade atacada de los nervios por su situación.

El resto de negocios de la zona también han sentido el cierre como un latigazo del que va a costar recuperarse. Bares, ferreterías, tiendas de regalos y hasta supermercados ven día a día como la zona ha perdido gracia, ha perdido fuerza, pero sobre todo, ha perdido gente, gente que le de vida. “Hablo con los taxistas y me cuentan que del Manga Beach para dentro ni si quiera pasan, que parece la ciudad fantasma” enfatiza uno de los pocos trabajadores que quedan de la cadena Husa. El sentimiento común es el de que si este año hubiesen querido abrir, no hubiese habido ningún problema; aunque el hotel no esté para cuatro estrellas la gente sigue llamando para reservar habitación. Son 900 personas menos que pasean por la zona. “Pensamos que la propiedad tiene ganas de cogerlo y arreglarlo, ya que la ubicación del Doblemar es privilegiada, no hace falta ni venderlo para que se llene. Si para Semana Santa empiezan a arreglarlo lo podrán abrir el verano que viene, esperemos que nos cojan a los que llevamos más tiempo, puesto que es un hotel muy grande que hay que conocer desde dentro”, concluye.

En definitiva no es un “hasta nunca”, sino un “hasta luego”. Volverán con sus espléndidos bufés, sus “estamos completos” y su profesionalidad lo antes posible.