Entrevista al maestro Zen Miguel Mochales

El próximo 26, 27 y 28 de septiembre se organizan en La Manga unos talleres Zen dirigidos por un prestigioso maestro de estas artes que llega desde Madrid, del que nos interesamos en saber un poquito más.

Breve Biografía del Maestro zen Miguel Mochales:

Toda su vida ha estado centrada en la investigación, el entrenamiento y la meditación. En su acción exterior, siempre ha desarrollado actividades destinadas a hacer que los demás se sientan bien. Su nacimiento fue humilde, su infancia transcurrió en un portal del barrio de Malasaña. Desde el primer momento, sintió la necesidad de usar su mente para producir algo diferente. Para ello realizó estudios en la disciplina ZEN y otras enseñanzas, siempre de la mano de su padre. Ello hizo que posteriormente se interesara y estudiara la carrera de Filosofía, lo que supuso una absoluta apertura a las grandes áreas del conocimiento. Siempre se vinculó con labores profesionales dentro del mundo del cuerpo, quizás para como él dice: «equilibrar mi aspecto intelectual interior».

El bodybuilding le llevó a investigar y conocer mejor la psicología del individuo. Practicando esa disciplina pudo observar cómo la forma de los músculos y su potencia determinaban rasgos secundarios del carácter de cada persona. A lo largo de su vida, ha montado y dirigido varios centros de entrenamiento en Madrid, llegando al mismo tiempo a especializarse en el mundo del golf. Concibiendo siempre este deporte y su entrenamiento desde una visión total del jugador, uniendo golf y ZEN a semejanza o paralelismo con el tiro con arco japonés tradicional. También ha profundizado en diferentes áreas como el arte o la empresa y, especialmente, en la preparación de grupos de máximo rendimiento en trading. Este último sector le ha permitido poder acceder a grandes maestros de muy distintas especialidades y aumentar su nivel de preparación al lado de ellos. Si hay algo que le define en su labor personal y profesional es la promesa que le hizo a su maestro de continuar su misión que no es otra que cambiar el mundo cambiando la forma de ver el mundo. Esa es la razón de su incursión en todo tipo de disciplinas. Del estudio de las mismas existen infinidad de textos de cómo su método de entrenamiento y visión mejoran el rendimiento en ellas. También existen textos sobre el funcionamiento de la mente humana, la gestión de la realidad, la apertura de canales energéticos en el cuerpo humano…y lo que es su máximo logro iT, un libro sapiencial único.

Desarrolla su actividad en su Dojo del madrileño barrio del Viso, donde recibe a diario a todo tipo de personas dispuestas a experimentar su extraordinario método de entrenamiento así como beber de su sabiduría. Atiende personalmente a cada uno de ellos y les guía en su proceso de mejora personal y profesional. Su meta no es otra que el fomento de la vida consciente en la sociedad del siglo XXI…Cambiar el Mundo es Cambiar la Forma de ver el Mundo.

¿Por qué ir a tu Ashram?

Mi retiro es mi más preciado tesoro. Algo único. Esta hecho para que puedas sentir una transformación. Es físico. Es meditación. Una meditación especial pues encierra todo el poder de un entrenamiento físico. Tu cuerpo tiene un despertar a un nivel de consciencia que jamás habrás imaginado. Es una experiencia constante. Y es constante porque sólo así se logra que quede integrado. Que se pegue a ti. Que lo lleves dentro. En tu esencia. La clave es alcanzar un estado. Un estado que he llamado Zen Power. El poder interior de tu estado Zen. Zen como entrenamiento.Todo un tiempo distinto para que las cosas se vivan de una manera más poderosa, consciente y espiritualmente.

Y ahora un fin de semana en La Manga.

La Manga es un lugar buscado para la transformación y tenía que ser un momento antes de que llegará toda la saturación del verano. La Manga dos mares que se dan la mano y eso hace una referencia a nuestro mar interior y mar exterior. Y eso se desarrolla en una meditación que hará que el interior y el exterior se unan mágicamente como serán los amaneceres y atardeceres de un lado y de otro. Es una consciencia, una magia.

¿Por qué elegiste el zen?

Yo jamás elegí el ZEN.  Fue el zen quien me eligió a mi. Mi vida no es más que los acontecimientos que me llevan a ser quien soy.  El yo, en mi caso, no importa.  ¿A quién le puede importar un chico de barrio con sueños de poeta?  El nacer en el portal de Belén es algo que entiendo perfectamente.  El lugar era la portería de la calle Santa Lucía número 19. Y el portal el chiscón, que es el hueco de la escalera que hace chamizo y donde pasé mi infancia.  Un sitio donde ni llorar tenía sentido.  Fue el zen quien me tocó.  Gracias al zen pude impedir que mi mente se desmoronara. Y tuve a mi padre, un gran hombre, para dar un sentido de salida al tahúr del alma.  Pero sólo el zen me permitió mirar a la vida sin que se me rompiera el alma. Soy de aquellos buenos chicos que un día deciden ser malos para que la vida les mire.  Fui un tío duro. Si no hubiera sido por el zen, todo esto sería, sólo sería, una historia perdida.

¿Cuál es tu objetivo?

No tengo ningún objetivo, todo esto es una causa. Por eso no me dedico a nada, tan sólo les muestro a las personas qué es eso mágico que tienen dentro.

La dedicación de mi vida ha estado enfocada en dos vertientes, la primera deriva de la segunda. Mi primera dedicación es amar en libertad. La segunda es hacer que la gente se sienta bien. Hacer que la gente se sienta bien es enseñar el camino para expresar ese amor en libertad. ¿QUÉ ES AMOR EN LIBERTAD?… La única forma de amor.  ¿PUEDES AMPLIAR ESA RESPUESTA?… Amar en libertad es amar. Amar supone que eres capaz de encontrar la energía de la energía mas pura y dejar que purifique tu mente, tu corazón, tu vientre y por último tu cuerpo.  ¿CUÁNDO DESCUBRES ESTO?… La primera vez que siento poesía.  ¿ES POSIBLE AMAR EN LIBERTAD?… Lo que es imposible es amar sin libertad. ¿QUÉ ES LA LIBERTAD?… La capacidad de no tener que elegir.

¿Qué es lo que te hace especial?

La vida es un estado de ánimo.

Siempre queremos parar el ruido dando más gritos. Pero no hay nada tan increíble como el silencio. El silencio necesario cuando haces algo importante.  En esta vida todo lo importante es porque oyes el silencio del universo y te metes a la más profunda soledad. Así eran las salas de entrenamiento en las que discurrió mi adolescencia y mi juventud. Entrabas por la puerta y sentías que iba a pasar algo importante. Luego siempre desarrollaba algo más y era la sabiduría de que hacías eso para vivir como un héroe fuera. Un héroe fuera.  Hoy muchas veces veo en canciones y en historias que sólo tratas de pasar este tiempo con tranquilidad y sobre todo, sin problemas. Los problemas que resuelves sólo traen y atraen otros problemas. En el nivel que vivíamos, cada cosa que hacías, cada entrenamiento era solamente una forma para sentir la vida desde la grandeza.

Hoy en día, la gente que viene al dojo luego se encoge delante de la vida. En aquella época, ir al gimnasio que era entonces mi templo, mi dojo, era solamente para vivir el mundo con grandeza. Ahora sabemos más pero antes había más pureza. Una pureza que jamás me ha dejado de acompañar. El buscar eso y no la práctica especifica hizo que se uniera el entreno con la práctica exterior o bushido (código del samurái). Así dentro, así fuera. Si en lo que desempeñas no hay grandeza es porque en ti no existe la grandeza.

POESÍA, ZEN y GYM:  en esos tres pilares centré mi barrio mientras fuera era la época de «La Movida».  Pero mi movida iba por dentro.  Un sueño, un deseo, una pasión, un silencio.

¿POETA?

Un día. Hubo un día donde la palabra entró en mi alma o fue mi alma desde la que emanó. Pero esa palabra tenía música.  Mas allá de lo que quería decir, la palabra tenía música.  Y la música, ritmos…. Y los ritmos, frecuencias. Entonces, de algún modo o manera mágica, las palabras se enredaban a esos ritmos y el universo mismo era escrito no para explicar imágenes sino en una arquitectura magnífica de ritmos. Y lo más increíble es que mi dios interior, ese al que llamo padre y es mi compañero de soledades y llantos, en ese momento me abrió la puerta del paraíso.  Era como si el timbre de Villa Nirvana tuviera un verso como medida de sonido de ser activado y su frecuencia reiterada desvelara el secreto de lo sagrado.  Desde ahí, el primer café de poetas, las primeras soledades y las primeras experiencias de una poesía pura y de una vida incierta.

¿CÓMO FUERON AQUELLOS TIEMPOS DE CAFÉS Y ESCRITORES? 

Sólo tenia una creencia.  Una sola.  Y era que la palabra «amor» podía cambiar cualquier situación.  Era como si la poesía fuera sólo el sonido estructurado de la fuerza del universo.  Una fuerza que era amor.  AMOR.  No sabía cómo definirlo pero no podía parar de sentirlo.  Mis viajes a los cafés eran la huida a templos místicos de amor prohibido.  Cada línea escrita, una oración al aura infinita de una esperanza de encontrar esa eternidad.  Pero no fue así. Escritores y poetas eran vagos ausentes de amor.  Su poesía no era la mía.  Fue entonces cuando encontré la vía de la POESÍA PURA. POESÍA PURA es PURA POESÍA.