Los Belones, 15 ABR 2014. Los vecinos de Los Belones ya huelen a fiestas. Con todo preparado y la elección de las reinas a principios de abril los vecinos de este Rincón de San Ginés ya se preparan para dejar preparados todos los actos. Uno de ellos ya se ha dado a conocer esta semana con la entrega a los ganadores del concurso de microrrelatos, un certamen que celebra su primera edición y que ha tenido numerosa aceptación por parte de sus vecinos.
Las ganadoras fueron María Dolores Ruiz en la categoría de adulto y Marina González Martínez en la de infantil. Ambas recogieron su diploma y recibirán como reconocimiento un lote de libros que se les entregará el próximo 27 de abril en la inauguración de la biblioteca. Por otro lado, el premio de la Ilustración ha quedado desierto por incumplimiento de las bases.
El jurado estuvo compuesto por Almudena Rufete de La Rosa, profesora del colegio Leonardo Da Vinci, de Los Belones; Luis Cano Sánchez, profesor de Lengua y Literatura del colegio Las Salinas del Mar Menor, de La Manga; y Diego Calderón Hernández, profesor de Lengua y Literatura de Maristas de Cartagena.
A continuación exponemos los relatos de los ganadores:
María Dolores Ruiz
Tenía miedo. La necesidad de encontrar ayuda era acuciante. Estaba segura de que iban a por ella. La seguían a todas partes. Hacía meses que no podía concederse un respiro. Siempre alerta. Acorralada. Aterrorizada. Insegura.
Súbitamente, se sintió vulnerable. Su instinto animal la avisaba del peligro. Emprendió una carrera feroz. La sangre golpeaba en sus sienes y un sudor frío empapaba su camisa. Al doblar la esquina se apoyó contra el muro para tomar aliento, un sólo segundo bastó para que sus pensamientos volvieran a hacerse con el control… y atraparla.
Marina González Martínez
EL CONDE
Fui a buscar a mi mamá, y sus gritos de socorro me llevaron hasta un bosque, donde encontré un castillo tenebroso y muy viejo. Tuve que pasar por un puente para llegar a sus puertas, subí las escaleras y llegué a una habitación. Al entrar, ví de espaldas a un hombre sentado en una silla tocando el violín. De repente se giró; tenía la piel muy pálida, los ojos inyectados en sangre, los colmillos muy afilados y las uñas muy largas.
— ¿Sabes donde esta mí mamá?—Lle pregunté.
Me sonrío y me dijo: tranquila te llevaré con ella y me mordió.