Se entiende por organización social a toda aquella agrupación de personas que se establece a partir de elementos compartidos, ideas en común, formas similares de ver al mundo…. Además, es importante para que tal grupo de personas sea considerado una organización social que exista un objetivo a realizar, y que este sea solidario. Esto es así ya que una organización social debe existir siempre por una razón o una causa.
Las organizaciones sociales existen desde el momento en el que el ser humano empezó a vivir en sociedad. Se trata de una esfera de vida social más amplia que la familia, que se organiza para satisfacer las necesidades de todos los que participan en ella.
En la Manga, como en cualquier otro territorio existen organizaciones sociales que intentan representar a sus socios y satisfacer así sus intereses.
Estas organizaciones suelen estar apoyadas por el Ayuntamiento, en nuestro caso dos, para realizar sus actividades, y en consecuencia multiplicamos por dos todas las agrupaciones sociales, complicando y limitando su representatividad y eficacia en la zona, sin coordinación o planteamiento común a una sola zona turística pero con dos maneras diferentes de enfrentar los problemas.
En lo que afecta a las organizaciones sociales esta cuestión origina problemas que se traducen en el malestar de los residentes, dando origen a una comunidad insatisfecha y levantisca.
Una sola comunidad de residentes con las mismas características e intereses sociales y económicos, pero separados por una linea imaginaria que perjudica el trabajo y la representatividad de las organizaciones sociales, dando lugar a un foro de desencuentros y no de concordia.
Estas organizaciones no suelen ponerse de acuerdo ni cuando coinciden de partido político y eso perjudica a los residentes, obliga a realizar grandes desplazamientos, encarece los costes municipales, aumenta el malestar de los vecinos y de quien nos visita. Resulta evidente que no se nos puede calificar de gente con sentido común.
Desde movimientos ecologistas que se atribuyen la certeza y la responsabilidad de las decisiones, sin entender que el máximo interés en preservar la naturaleza y la belleza de nuestro mar y nuestra tierra corresponde a los que viven de el, ya que de esa naturaleza también comen sus hijos, a políticos que, desde la distancia no toman decisión alguna, y prefieren pasar inadvertidos a pasar a la historia.
Estamos perdiendo población y negocios. En una zona tan especial como la Manga y en un sector como el turístico, resulta evidente que algo no estamos haciendo bien…
Plantear soluciones a tal desaguisado exige comenzar por el principio, un principio de organizaciones sociales y políticas fuertes y creo que con la división no podemos obtener unos buenos resultados.
Entiendo que en nuestro caso se dan las condiciones necesarias para una modificación de los limites territoriales de nuestros dos ayuntamientos, en los que todos los residentes y visitantes ganamos, con menos costes para las dos corporaciones y unos mejores servicios municipales para todos.
Se trata de gastar menos, de ser mas eficiente y mejorar la calidad de vida de los vecinos y turistas, entiendo que esta debe ser la primera obligación de los alcaldes, que deben negociar una solución territorial imaginativa, para una zona que ya de natural es muy compleja y simplificarla en lo posible.
Se trata de usar la política para solucionar problemas. Entiendo que ha llegado el momento de remangarse y ponerse a trabajar y al menos intentar salvar la zona turística con el 50% de las plazas turísticas de la Región, de asegurar el futuro de esta zona en un mundo cada vez mas incierto.
Creen ustedes que 30 años mas haciendo lo mismo, va a conseguir resultados diferentes?
Nuestros hijos se marchan buscando otra vida, otro principio, aunque algunos aquí seguimos, en la misma guerra de siempre, entre la entropia y la decadencia.
Diego de Haro
Vicepresidente Federación de Empresarios del Mar Menor
La Manga es de los mangeros. Solamente los que vivimos y queremos a La Manga somos los dueños de La Manga. Otros, de otros territorios, se apropian de La Manga. Pero La Manga sólo es de los mangeros, que la llevamos en el corazón.