Vuelta a los ’80

Verano Azul es uno de los chiringuitos más peculiares de La Manga que además, a muchos de ustedes les recordará, irremediablemente, a su juventud. 

Es el primer chiringuito que se abre en Cala Fría, junto al faro de Cabo de Palos. Por diferentes cuestiones, sus socios han tenido que montarlo de forma exprés y llevan abiertos solo ¡10 días! Desde ese momento “el acelerador se ha ido pisando poco a poco y las cosas van geniales”, contaba ilusionado Julián, uno de los cuatro socios que forman Verano Azul. 

Las peculiaridades de este entrañable lugar se hacen pronto visibles a los ojos de los clientes, de los visitantes del faro, de los apasionados del buceo y de los vecinos. 

En primer lugar, los chicos se han propuesto reinventar el concepto de chiringuito de playa. Para ello se han fijado un objetivo muy concreto, solo quieren ofrecer productos de calidad. Con su lema “de la lonja a la cocina” transmiten un mensaje muy claro, todos los pescados que se ofertan son frescos y de la zona. Consecuentemente, la calidad se traspasa a sus guisos marineros y a sus tapas. Al igual que la gastronomía, el local mejora día a día para poder ser una sede digna de todo producto que entre en la cocina. Por ello, han utilizado un techo y un suelo especial que les aísle del calor, y una pintura blanca que proteja la madera de la erosión del mar.

Otra de las cosas más llamativas de Verano Azul es el lugar en el que se encuentra, es decir, el punto con menos contaminación lumínica de todo Cabo de Palos y La Manga. Las estrellas no se verán con más claridad en cualquier otro punto de la zona. El paisaje habla por sí solo, ya que se encuentra muy cerca de una reserva natural. Una de las cosas que más llaman la atención es el interés de sus socios por dar a conocer la zona y que el público se sienta cómodo. Por ejemplo, ofrecen unas gafas de buceo para cualquiera que quiera sumergirse en el mar, o en la piscina de agua natural de la cala. Además, en el chiringuito se permite el paso a los animales domésticos ¡y hasta tienen un bebedor para perros! Este espíritu naturalista queda reflejado en el logotipo que han utilizado, es decir, una bicicleta. 

En segundo lugar, es también llamativo el trato que hay hacia el cliente, con el que se intenta empatizar siempre. Como la clientela es rotativa, en sus sillas y mesas se acaban sentado turistas del faro, vecinos de la zona, clientes de siempre y clientes nuevos, gente del club de golf, extranjeros… “somos una gran familia” explicaba Julián orgulloso. “Tenemos pensado hacer una degustación gratuita para los vecinos, ¡esto es sobre todo para que ellos lo disfruten!” añadía. Para los chicos de Verano Azul es crucial que el trato sea lo más personalizado posible.

Sin embargo, como nunca llueve a gusto de todos, ya hay algún que otro vecino que se ha quejado de la ubicación del chiringuito, alegando que el lugar es peligroso y que se ha hecho un daño a nivel ecológico irreparable. En cualquier caso los chicos de Verano Azul ponen todo su empeño en que el entorno sufra lo menos posible. Unos dirán que es de hippies, otros dirán que es de locos y muchos otros dirán que es de románticos empedernidos. Saquen ustedes sus propias conclusiones. 

Finalmente, en Verano Azul  no hay tiempo que perder y el chiringuito se mantendrá abierto durante todos los días de la temporada, hasta finales de Octubre (de 9 de la mañana a 1 de la madrugada). Desayunos, licuados de fruta y mojitos, entre otros, completan la carta de este novedoso  y económico chiringuito que dará mucho que hablar.